El autotrasplante de células madre con quimioterapia radical detiene y revierte la esclerosis múltiple
El autotrasplante de células madre hematopoyéticas combinado con quimioterapia radical ofrece excelentes resultados en el tratamiento de la esclerosis múltiple, una enfermedad crónica y degenerativa que hasta ahora se consideraba intratable incluso en el ámbito de la medicina regenerativa.
Científicos de la Universidad de Ottawa, en Canadá, han desarrollado y experimentado esta nueva terapia sobre 24 pacientes de entre 18 y 50 años de edad con resultados muy superiores a los esperados. Tras períodos de seguimiento, en función de los casos, de entre 4 y 13 años, la mayoría de pacientes recuperó funciones ya perdidas por la enfermedad. Algunos mejoraron la visión y el equilibrio y otros volvieron a caminar, conducir, trabajar, estudiar… Incluso uno de los pacientes asumió la nueva tarea social de ser padre gracias al semen de un donante, pero sólo porque la quimio asociada a esta terapia le dejó estéril.
El tratamiento es bastante radical, ya que en su primera fase somete al paciente a sesiones ininterrumpidas de quimioterapia hasta la completa destrucción de su sistema inmunológico. Como se sabe, estos enfermos son víctimas de su propio sistema de autoprotección frente a bacterias y virus ya que también rompe la barrera de protección celular de su sistema nervioso, destruyéndolo.
Ya hace años que se combina el trasplante autólogo de células madre y la quimioterapia para combatir la esclerosis múltiple, pero los resultados eran escasos: desde 2015, 16 estudios documentan que, de un total de 650 receptores, sólo tres mejoraron su estado tras un seguimiento de 5 años.
De hecho, el tratamiento adopta técnicas radicales de la oncología médica mediante una combinación de tres fármacos que, más que anular el sistema inmunológico, lo destruye por completo para “resetearlo” y poder reconstruirlo de nuevo con células madre.
De los 24 pacientes tratados, sólo uno falleció, víctima de una necrosis hepática y sepsis producida por la quimio. Los demás, al margen de la notable mejoría que en diferentes grados experimentan, no han desarrollado enfermedades relacionadas con el nuevo tratamiento.