Científicos españoles, franceses y británicos desarrollan piel artificial con células madre
Científicos españoles, franceses y británicos han unido sus esfuerzos para desarrollar con células madre un tipo de piel artificial destinada al trasplante en grandes quemados y al tratamiento de enfermedades genéticas hasta ahora incurables como la epidermólisis bullosa o “piel de mariposa”, una enfermedad rara que en España afecta a un millar de personas.
La investigadora Marcela del Río, subdirectora de Ingeniería Biomédica de la Universidad Carlos III de Madrid, participa en estas investigaciones desde 2007 y este mes ha anunciado, en una conferencia que ha impartido en el Hospital Universitario de Ciudad Real, que ya han conseguido producir en laboratorio “tejido dérmico con calógeno VII”.
Este calógeno se encarga de dar firmeza e integridad a los diferentes tejidos del cuerpo y entre ellos a la epidermis, por lo que su ausencia en el organismo es el causante de la denominada “piel de mariposa”, que se manifiesta en forma de ampollas y heridas crónicas ante el mínimo roce.
Aunque esta investigación conjunta se comenzó para afrontar la epidermólisis bullosa, ya se estudia y aventura su aplicación en otros tipos de lesiones y dolencias que siguen produciendo secuelas tan graves como intratables.
En la producción de esta piel de laboratorio se combinan dos tipos de células madre: fibroblastos de un donante sano, capaz de producir calógeno VII de un modo natural, y queratinocitos del propio paciente. De este modo, se combina el trasplante singénico (células externas) y autólogo (células propias) sobre una gelatina proteica de fibrina en la que, con el paso del tiempo, comienzan a desarrollarse láminas de piel trasplantable.
Culminada esta primera fase de elaboración, se requiere de un proceso previo e intermedio antes de su aplicación directa o definitiva sobre el paciente: el injerto sobre ratones modificados genéticamente, que son los que terminan por desarrollar la nueva piel.