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Los avances en células madre permiten desarrollar un test para detectar al cáncer de páncreas

Ago
01
Steve Jobs, víctima de cáncer de páncreas a los 56 años. La detección tardía hace inútiles las terapias más avanzadas.

Steve Jobs, víctima de cáncer de páncreas a los 56 años. La detección tardía hace inútiles las terapias más avanzadas.

La alta tasa de mortalidad del cáncer de páncreas podría experimentar un notable retroceso en pocos años gracias a un nuevo test de detección precoz desarrollado gracias a los conocimientos científicos acumulados por la medicina regenerativa en el uso, manipulación y trasplante de células madre.

Científicos de la Escuela Médica Perelman de la Universidad de Pensilvania (Filadelfia, EE.UU.) se han servido de los avances de esta nueva especialidad médica para crear en laboratorio células cancerígenas de páncreas en fase avanzada que, posteriormente, hicieron retroceder a su estado canceroso inicial. Esta creación y su vuelta atrás es la que ha permitido identificar los marcadores sanguíneos presentes en el desarrollo inicial de este tipo de tumores.

El descubrimiento ha sido expuesto y documentado en la revista Science Translational Medicine y tiene gran trascendencia médica ya que el cáncer de páncreas no presenta síntomas ni molestias hasta que no alcanza un estado tan avanzado como irreversible.

El test se realiza con un simple análisis de sangre que analiza la relación entre los dos biomarcadores identificados: una proteína llamada trombospondina plasmática 2 (THBS2) y su nivel de presencia en proporción con el antígeno carbohidratado 19-9 (CA19-9), ya conocido en las fases avanzadas de este tipo de tumores.

Disponer de un test de biomarcadores para esta patología podría cambiar drásticamente el panorama de estos pacientes”, destaca el profesor Robert Vonderheide, uno de los coautores de la investigación.

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Descubren el gen que regula el desarrollo de órganos mayores a partir de células madre

Jul
27
Dos ejemplares de pez cebra (danio reiro), la especie elegida para estudiar el gen Meox1.

Dos ejemplares de pez cebra (danio reiro), la especie elegida para estudiar el gen Meox1.

Científicos australianos han descubierto un gen, el Meox1, que controla el crecimiento y desarrollo celular hasta convertirse en un determinado órgano vital, lo que constituye un primer paso para producirlos con el suficiente tamaño y grado de desarrollo, una opción hasta ahora limitada en la ingeniería biológica con células madre pluripotentes inducidas.

Los últimos avances de la medicina regenerativa permiten crear piezas biológicas funcionales de tejido óseo, muscular, nervioso o dérmico, pero no órganos humanos enteros, ya que las células madre comienzan a morir en masa cuando el espesor del tejido cultivado excede un determinado nivel crítico. Hasta la fecha, todo lo más a lo que se ha llegado es a la producción de pequeños órganos de roedores de laboratorio, pero no al tamaño y escala de la especie humana.

Los descubridores de este gen, que han documentado su hallazgo en la revista Cell Stem Cell, se han servido de una especie de pez cebra, el danio rerio, para acreditar que la combinación del Meox1 y una determinada proteína es la que controla el crecimiento de los órganos, determinando qué células madre dejan de reproducirse una vez formado el embrión para convertirse en células adultas y cuáles conservan la capacidad de reproducirse para ayudar a los órganos a repararse en caso de lesiones o traumas.

El gen Meox1 gestiona los límites de un órgano y, por lo tanto, determina su desarrollo celular hasta estos límites. Cuando se desactiva, los tejidos dejan de desarrollarse adecuadamente y el incipiente órgano comienza a deformarse, arraigándose en otros órganos y atrofiándose por completo.

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Las células madre de cordón umbilical segregan una molécula contra el Parkinson y la Esclerosis Lateral Amiotrófica

Jul
26
Comparativa del alargamiento de axones, en una imagen de los investigadores.

Comparativa del alargamiento de axones, en una imagen de los investigadores.

Investigadores portugueses de las universidades de Coimbra y Minho han descubierto que una molécula segregada por las células madre mesenquimales de cordón umbilical tienen la capacidad de mejorar la intercomunicación entre neuronas, lo que permitiría encontrar un tratamiento a enfermedades degenerativas como el Parkinson o las Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA).

La molécula de este “factor neurotrófico derivado del cerebro” se obtuvo del secretoma de las células, las sustancias que segregan durante su ciclo vital. En este caso, tras obtener la molécula de células madre de cordón umbilical humano, la aplicaron sobre ratones de laboratorio constando que la morfología de sus neuronas comenzaba a desarrollar axones o brazos de interconexión más largos, mejorando así la transmisión eléctrica de órdenes e impulsos.

El profesor Ramiro Almeida, coordinador de esta investigación y miembro del Centro de Neurociencias de la Universidad de Coimbra, indicó que este hallazgo abre un nuevo enfoque para la medicina regenerativa: “Los beneficios del secretoma pueden determinar una nueva forma de trasplante, ya que las moléculas que segregan las células madre pueden ser aplicadas sin la presencia de esas células madre”. Según él, “es una propuesta más sencilla, que acarrea menos riesgos y que podríamos llegar a aplicar en enfermos de una manera personalizada«.

Este avance, que ha sido documentado en Scientific Reports, también revela que el sistema nervioso central (donde actuarían las moléculas de las células madre) presenta una capacidad de regeneración inferior al del sistema nervioso periférico. De ahí que sus autores consideren su futura utilidad terapéutica frente al Parkinson y la ELA.

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